Coaching para apoyar la expatriación

Expatriación. Aquí tienes una palabra que te hace soñar. Fantasía o realidad, siempre es una aventura que genera fuertes emociones. Una fase de cambio que induce a muchas otras, que el Coaching puede apoyar.

Desarrollemos …

Expatriación = irse, salir de tu zona de confort

Expatriarse es, ante todo, marcharse. Deja y por tanto abandona tu zona de confort, “tu burbuja” (familia, amigos, compañeros, alojamiento, …) para reconstruir todo en una nueva cultura, muchas veces en otro idioma.

Esta salida es un desarraigo consentido o sufrido. Si esta salida se hace en pareja o en familia, puede que algunos la consientan y otros la padezcan, debilitando aún más lo que queda de estabilidad.

En resumen, es una toma de riesgos. Es un riesgo hermoso y emocionante en general, pero uno tiene que ser (o aprender a ser) flexible, adaptable, sólido y resistente. Requiere buena autoestima, buena comunicación y confianza en la pareja y la familia.

Los que se van, los que se quedan.

Y luego están los que se van y los que se quedan…. Estos son los padres, los amigos, con los que será necesario encontrar un nuevo modo de comunicación y apoyo mutuo en caso de dificultad. De hecho, es difícil no sentir cierta culpa en la distancia. Los que se quedan son también los hermanos mayores cuando tienen que quedarse en la adolescencia para sus estudios superiores. Finalmente, a veces es la pareja, incluso si este celibato geográfico es generalmente limitado en el tiempo. De hecho, el cónyuge que sigue debe dejar su trabajo, buscar otro, gestionar la mudanza, sin mencionar que la expatriación no siempre se hace en armonía con el calendario escolar. Aquí nuevamente, estos son riesgos de tensión y un desafío emocional para los miembros de la familia que no viven esta transición de la misma manera, con la misma facilidad y rapidez. La expatriación a menudo fortalece los lazos familiares, pero lamentablemente puede debilitarlos.

Expatriación. Cambios y duelo de tu vida anterior.

Querida o no, esta expatriación es parte de un ciclo de cambio en el que tendrás que despedirte de tu vida de antes, tu vida en otra parte. De hecho, es normal sentir nostalgia en algún momento, o algunas veces un poco. El choque cultural es aún más fuerte ya que el país o la tierra están lejos de nuestro “mapa del mundo”, nuestra forma de leer y entender el mundo que nos rodea.

Evidentemente, para muchos las cosas pasan de forma sencilla y los momentos de duda o dificultad son fugaces. La zona de aprendizaje en la que se ha sumergido el nuevo expatriado se convierte en su nueva zona de confort. Recreamos una burbuja. Nos damos cuenta de que el hogar es donde vivimos. Finalmente, después de esta etapa más o menos difícil, la expatriación es una experiencia gratificante, vivida como una apertura al mundo.

Cambio y nuevo mapa del mundo.

De repente, el expatriado a menudo siente una brecha con “los que se quedaron”. No siempre comprende su antiguo entorno y evalúa de acuerdo con su nuevo mapa del mundo.

Esta discrepancia se vuelve aún más evidente el día en que se considera, planifica o impone la “vuelta”. Porque este “regreso” se vive como una partida más, otro estallido de la burbuja que el expatriado se ha creado a lo largo del tiempo. Otro cambio, otro duelo donde no es raro sentir nostalgia por el país adoptado. Buscando trabajo, colegios, pisos, administración … En definitiva, se trata de volver en otro espacio-tiempo donde no es fácil reajustarse. Por ejemplo, a veces, los niños saben poco o poco sobre su país de origen. Esta brecha puede generar la sensación de incomprensión, cierta soledad….

Impatriación, un nuevo comienzo.

Si la impatriación parece más simple, es un poco traicionera porque todavía se trata de abandonar un universo. Sería más prudente si se preparaba como una nueva expatriación, un nuevo comienzo. Además, no es raro que el regreso sea solo temporal, ya que la difícil readaptación genera el deseo de irse de nuevo.

La expatriación o impatriación son como todos los ciclos de cambio, fuentes de preguntas de identidad (¿a qué grupo / país / entorno pertenezco? ¿Quién soy? ¿En quién me he convertido?). No es raro que los expatriados se sientan cómodos en la comunidad: comprenden sus desafíos.

Coaching

Entonces, ¿cómo evitas sus trampas? Muchos grupos internacionales donde la movilidad geográfica es esencial, piden a Coachs que apoyen sus fases de transición que, si se gestionan de manera deficiente, pueden tener un impacto negativo en el desempeño de sus empleados. De hecho, es difícil compartimentar las esferas personal y profesional. Cuando el cambio saca a relucir fuertes emociones negativas, es difícil ser eficiente.

El Coach puede acompañar el cambio, ayudar a futuros expatriados o impatriados a encontrar cómo vivir estas transiciones. Una verdadera inversión para el bienestar y el desempeño del expatriado y su familia, el coaching apoya y facilita la adaptación.

Estos temas me son familiares y estaré encantada acompañarte parte del camino. Contáctame y hablemos de ello directamente.

Cristina, el 19 de noviembre 2020